por un motivo próximo y necesario…
CASTELLANO | CATALÀ

28 de septiembre de 2025

·

[SCALAE, editorial]

[Manifestar]
Del lat. manifestāre.
Conjug. c. acertar.
1. tr. Declarar, dar a conocer.

Sin.: expresar, decir1, declarar, exponer, enunciar, opinar.
Ant.: callar.
2. tr. Descubrir, poner a la vista.
Sin.: revelar, descubrir, mostrar, publicar, exhibir, exponer, exteriorizar, presentar. Aparecer, surgir, aflorar.
Ant.: esconder, ocultar.
3. tr. Exponer públicamente el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles.
Sin.: exhibir, exponer, exteriorizar, mostrar, presentar.
4. tr. Poner en libertad y de manifiesto, en virtud del despacho del justicia mayor de Aragón, a quienes imploraban este auxilio para ser juzgados.
5. Tomar parte en una manifestación pública.
Sin. protestar.

Diccionario de la Lengua Española, RAE 

 

Recibes este boletín especial con motivo de la manifestación de 27 de septiembre, ayer, que comenzó en la Gran Vía de Madrid y finalizó frente al Congreso, en la que participaron más de 25.000 personas. Cerraban la comitiva cerca de 1.000 arquitectos y aparejadores llegados de toda España, incluidas las islas, que se identificaban con sus cascos blancosde obra, que fueron convocados por la asociación de mutualistas arquitectos y arquitectos técnicos, ANMARQ, e informados por muchos de sus colegios profesionales. Encabezaban la marcha miles de abogados y procuradores. Todos, profesionales mutualistas, reclamaban una “Pasarela al RETA” justa, universal y constitucional.

Las mutualidades, anteriores a la Seguridad Social, nacieron a principios del siglo XX como iniciativas de profesiones entonces privilegiadas, gestionando pensiones y salud. Con el tiempo, el Estado avanzó, mejoró las condiciones de sus ciudadanos, y creó la Seguridad Social, que hoy protege a más de 23 millones de personas, pero dejó fuera a las “profesiones liberales”: médicos, abogados, procuradores, notarios, registradores, arquitectos, aparejadores, ingenieros. Al punto que prohibía a estas profesiones acogerse a la Seguridad Social, obligándoles a contratar con una mutualidad y con un seguro de salud privado.

El gran punto de inflexión para la previsión social en España llegó en 1995 con la Ley de la Competencia. Buscaba dinamizar el mercado laboral, pero una vez más, debido a la presión en colegios profesionales y de mutualidades, que ya se habían hecho mucho más grandes y poderosas, no incluyó a las profesiones liberales mediante una Pasarela, permitiéndoles tan solo “pasarse” al sistema público, pero en condiciones realmente leoninas, complicadas y desfavorables. 

Mientras tanto, la universidad había democratizado el acceso a estas profesiones y surgieron nuevas clases medias y de trabajadores profesionales que confiaban en sus mutuas para cubrir su previsión social, es decir para su jubilación, enfermedad o incapacidad. Sin embargo, la inversión de la pirámide demográfica sumada a los factores anteriores hizo que las mutuas entrasen en barrena, incluso en quiebras técnicas en varios casos, perdieran su función original y se transformaran en aseguradoras privadas, gestoras de depósitos financieros según criterios puros y duros de capital, insuficientes e incapaces por todo ello de sostener los servicios sociales que solo la contribución colectiva posibilita: pensiones, paro, atención médica, hospitalizaciones o asistencia social, entre muchos otros.

Hoy, esas aseguradoras mantienen el denominativo «mutuas», incluso «hermandades» para ofrecer el espejismo de la llamada “alternatividad”, mediante la cual, quien tiene éxito profesional, patrimonio o suerte puede permitirse prescindir del sistema público y contratar seguros privados –de salud, de pensiones, vida, fallecimiento o incapacidad– caros y a la postre dependientes del Sistema Público, al que se remiten los casos que por difíciles no incluyen las coberturas privadas.
Pero la mayoría queda desprotegida, sin opción de cancelar contratos mutuales ni acceder al régimen público sin perjuicio. Lo alternativo, así planteado, asegura la supervivencia de las compañías, pero no está claro que consiga fundamentar la seguridad de los profesionales.

Algunos mutualistas, muy pocos, ya a finales del siglo XX, bien porque tuvieron más “visión de negocio”, bien porque fueron avisados o porque se dieron cuenta y tuvieron la posibilidad de hacerlo con consecuencias para ellos asumibles, desviaron sus ingresos hacia el patrimonio inmobiliario, o los fondos de inversión o apostaron por la estabilidad societaria, empresarial, funcionarial o docente exclusiva. Otros, actualmente, más jóvenes, han podido optar directamente por el Sistema Público, sin pérdidas ni contratiempos, con la protección constitucional que garantiza prestaciones.

Para esos perfiles personales, la oferta mutual puede ser un complemento menor, equivalente a un plan de pensiones privado. Para todos los demás o es la única fuente de subsistencia, y es claramente insuficiente; o se sienten engañados y perjudicados respecto al resto de españoles que habiendo aportado lo mismo o menos que ellos reciben unas prestaciones mucho mejores.

Conclusión: es hora de proteger a quienes siguen cautivos de un sistema fallido, confuso y erróneo, que aparenta ser privilegiados pero condena a la miseria en la vejez. De ahí la necesidad de manifestarse y exigir una ley que iguale a todos en derechos, sin excluir a nadie, y que permita que el esfuerzo personal complemente, como extraordinario, lo que debe ser ordinario y garantizado como justo, constitucional y universal.

Si está en tu mano no lo dudes… ayuda, cuando menos, en que se sepa lo que está ocurriendo y en que no sean la crueldad ni la ingenuidad el canal de información de compañeros y compañeras sobre este tema.

Cuidemos de quienes empiezan, estudiantes y nuevos profesionales, para que no caigan, por estar incorrecta o sibilinamente informados, en una situación irreversible, y sobre todo cuidemos de quienes se sienten prisioneros y maltratados en las mutualidades, en especial nuestros mayores, en especial los pasivos, facilitándoles una Pasarela al RETA justa, viable y cuanto antes, para que el esfuerzo, la aportación de toda su vida y la generosidad personal que han supuesto se correspondan con los derechos individuales y colectivos que merecen. 

28 septiembre 2025

Javier Mancilla,

Presidente de la asociación de mutualistas arquitectos ANMARQ
Félix Arranz,
editor de SCALAE

 

CATALÀ

 

[SCALAE, editorial]

Reps aquest butlletí especial amb motiu de la manifestació del 27 de setembre, ahir, que va començar a la Gran Via de Madrid i va finalitzar davant del Congrés, en la qual van participar més de 25.000 persones. Tancaven la comitiva prop de 1.000 arquitectes i aparelladors vinguts de tot Espanya, incloses les illes, que s’identificaven amb els seus cascos blancs d’obra, convocats per l’associació de mutualistes arquitectes i arquitectes tècnics, ANMARQ, i informats per molts dels seus col·legis professionals. Encara­çalaven la marxa milers d’advocats i procuradors. Tots, professionals mutualistes, reclamaven una “Passarel·la al RETA” justa, universal i constitucional.

Les mutualitats, anteriors a la Seguretat Social, van néixer a inicis del segle XX com a iniciatives de professions aleshores privilegiades, gestionant pensions i salut. Amb el temps, l’Estat va avançar, va millorar les condicions dels seus ciutadans i va crear la Seguretat Social, que avui protegeix més de 23 milions de persones, però va deixar fora les “professions liberals”: metges, advocats, procuradors, notaris, registradors, arquitectes, aparelladors, enginyers. Tant és així que prohibia a aquestes professions acollir-se a la Seguretat Social, obligant-les a contractar amb una mutualitat i amb una assegurança de salut privada.

El gran punt d’inflexió per a la previsió social a Espanya va arribar el 1995 amb la Llei de la Competència. Pretenia dinamitzar el mercat laboral, però un cop més, per la pressió dels col·legis professionals i de les mutualitats, ja molt més grans i poderoses, no va incloure les professions liberals mitjançant una Passarel·la, permetent-los només “passar-se” al sistema públic, però en condicions realment leonines, complicades i desfavorables.

Mentrestant, la universitat havia democratitzat l’accés a aquestes professions i van sorgir noves classes mitjanes i de treballadors professionals que confiaven en les seves mútues per cobrir la seva previsió social, és a dir, per a la jubilació, malaltia o incapacitat. Tanmateix, la inversió de la piràmide demogràfica sumada als factors anteriors va fer que les mútues entressin en caiguda lliure, fins i tot en fallides tècniques en diversos casos, perdessin la seva funció original i es transformessin en asseguradores privades, gestores de dipòsits financers segons criteris purs i durs de capital, insuficients i incapaces, per tot plegat, de sostenir els serveis socials que només la contribució col·lectiva possibilita: pensions, atur, atenció mèdica, hospitalitzacions o assistència social, entre molts altres.

Avui, aquestes asseguradores mantenen el denominatiu de “mútues”, fins i tot “germanors”, per oferir el miratge de l’anomenada “alternativitat”, mitjançant la qual qui té èxit professional, patrimoni o sort es pot permetre prescindir del sistema públic i contractar assegurances privades —de salut, pensions, vida, defunció o incapacitat— cares i al capdavall dependents del Sistema Públic, al qual remeten els casos que, per difícils, no inclouen les cobertures privades. Però la majoria queda desprotegida, sense opció de cancel·lar contractes mutuals ni d’accedir al règim públic sense perjudici. L’alternatiu, així plantejat, assegura la supervivència de les companyies, però no està clar que aconsegueixi fonamentar la seguretat dels professionals.

Alguns mutualistes, molt pocs, ja a finals del segle XX, bé perquè van tenir més “visió de negoci”, bé perquè van ser avisats o perquè se’n van adonar i van tenir la possibilitat de fer-ho amb conseqüències assumibles per a ells, van desviar els seus ingressos cap al patrimoni immobiliari, els fons d’inversió o van apostar per l’estabilitat societària, empresarial, funcionarial o docent exclusiva. Altres, actualment més joves, han pogut optar directament pel Sistema Públic, sense pèrdues ni entrebancs, amb la protecció constitucional que garanteix prestacions.

Per a aquests perfils personals, l’oferta mutual pot ser un complement menor, equivalent a un pla de pensions privat. Per a la resta, o bé és l’única font de subsistència, i és clarament insuficient, o bé se senten enganyats i perjudicats respecte a la resta d’espanyols que, havent aportat el mateix o menys que ells, reben unes prestacions molt millors.

Conclusió: és hora de protegir aquells que continuen captius d’un sistema fallit, confús i erroni, que aparenta ser de privilegi però condemna a la misèria en la vellesa. D’aquí la necessitat de manifestar-se i exigir una llei que iguali tothom en drets, sense excloure ningú, i que permeti que l’esforç personal complementi, com a extraordinari, el que ha de ser ordinari i garantit com a just, constitucional i universal.

Si està a les teves mans no ho dubtis… ajuda, com a mínim, a fer que se sàpiga el que està passant i a evitar que siguin la crueltat o la ingenuïtat el canal d’informació de companys i companyes sobre aquest tema.

Cuidem els qui comencen, estudiants i nous professionals, perquè no caiguin, per estar incorrecta o sibil·linament informats, en una situació irreversible, i sobretot cuidem els qui se senten presoners i maltractats a les mutualitats, en especial els nostres grans, en especial els passius, facilitant-los una Passarel·la al RETA justa, viable i com més aviat millor, perquè l’esforç, l’aportació de tota la seva vida i la generositat personal que han suposat es corresponguin amb els drets individuals i col·lectius que mereixen.

28 setembre 2025

Javier Mancilla,
President de l’associació de mutualistes arquitectes ANMARQ
Félix Arranz,
editor de SCALAE

Junta directiva ANMARQ.com
Javier Mancilla, Raúl Oteiza, Maria Luisa Saavedra, Ana Rodríguez Luaces, María Salmerón, Luis Aycart, David Fernandez, Leonardo Mateo, Félix Arranz, Eva Luque y Gloria Espuig

Consejo editorial-industrial SCALAE 2025:
CRICURSA GEZE COSENTINO FIGUERAS JANSEN BANDALUX LEDSC4 ROCA

SCALAE documenta, difunde y estimula el debate, la crítica y la investigación de arquitectos y agentes vinculados con el relato, la constitución y la construcción de arquitecturas que dan lugar y posibilidad a la vida y a las aspiraciones de las personas.

Ilustraciones: comitiva «cascos blancos» de la asociación nacional de mutualistas arquitectos en la manifestación en Madrid, el 27 de septiembre de 2025, en pro de una pasarela al RETA justa.