Apuntes sobre algo que quedó pendiente, el AVE, Zaragoza y el Ebro hechos escuela de arquitectura
Síntomas y diagnósticos de un cambio XVII
por Félix Arranz
Han pasado ya más de quince años desde que tuve ocasión de presentar una reflexión, «300 km hora: una hora», en el único ejemplar publicado de la revista AR+CO, en la que razonaba sobre el previsible e inminente cambio que se habría de producir en el mapa español, cultural y de relaciones profesionales y académicas, cuando el Tren de Alta Velocidad conectase la capital aragonesa en una hora, o menos, con un ramillete de ciudades significativas del noroeste peninsular, a saber: Madrid, Barcelona, Tarragona, Valencia, Bilbao, Vitoria o San Sebastián a una hora y Pamplona, Logroño, Huesca, Teruel, Soria, Lleida a poco más, o menos, de media hora.
De hecho un año antes y un año después de ese artículo, en 1992 y 1994, y todavía sin AVE, se tuvo ocasión de comprobar el potencial de convocatoria de la capital maña con las sucesivas ediciones de la BAUZ, la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Zaragoza, que constituyeron un real encuentro de las comunidades académicas y profesionales en su oferta de exposiciones, seminarios y concursos. De hecho Zaragoza albergó, en el Palacio de Sástago de la Diputación Provincial, una exposición de proyectos finales de carrera procedentes de las, entonces, diez escuelas de arquitectura españolas. Era la primera vez que tenía lugar una exposición de esas características, que por ejemplo comisariaron Ginés Garrido para el caso de la ETSA Madrid, Ignacio Laguillo para la ETSA Sevilla o Félix Pardo para la ETSA Barcelona.
En el artículo, recuerdo, razonaba sobre la condición «adolescente» de una ciudad que presumiblemente alcanzaría su madurez en el momento…. [seguir leyendo el resto de editorial]