17 de diciembre de 2013

Principios y procesos de una situación plural.
sobre la ilusión de una escuela reconocible, que pueda merecer la pena…

El viernes pasado tuvo lugar el acto de toma de posesión del nuevo director de la Escuela TS de Arquitectura de Barcelona, ETSAB UPC, Jordi Ros. Un acto sencillo, sin ornamento alguno.

Con el testimonio de una nutrida asistencia, que incluía al nuevo rector, aprovechaba Ros para ofrecer algunas cuestiones que han de requerir la complicidad del rectorado y que están en la base del futuro deseable para la ETSAB y para la universidad en su conjunto. Palabras que dieron imagen, con una cita de Pep Guardiola, a las motivaciones esenciales del proyecto de Ros: cantera y técnica (conocimiento) como estructura; ilusión, jovialidad y sinceridad como identidad; Barcelona como lugar; ETSABarça, en suma.

Será bueno añadir al horizonte ofrecido -concreto y simultáneamente abierto, como una instantánea de Vari Carames- la previsión del registro de sus resultados, la documentación y exposición de la que haya de ser su propuesta docente, investigadora, técnica, social e intelectual.

En un día en el que la preocupación de parte del profesorado quizás era comprobar su inclusión, o exclusión, en la sátira «fotosopeada» de la «coronación del emperador» que habían colgado los artífices del «Bloque Absurdo» en el vestíbulo de la facultad y ver asi reflejado el status aparente que pudiera concederles su ubicación en el lienzo, las palabras del recién elegido director, siendo amables sin perder un ápice de precisión, marcaban una ruta de exigencia que -llevada a efecto- bien puede acercarse a una revolución. Ójala que el lienzo de esa revolución, o lo que haya de ser, requiera una estampa coherente con el tiempo actual, lejana de suspiros imperiales o de hipotecas fantasmales, que la perspicacia de los estudiantes o la labor del nuevo equipo nos la muestren con naturalidad y que, con la misma naturalidad, la sociedad barcelonesa pueda recuperar el orgullo de un estandarte definitivamente propio, sabiéndolo suyo.

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