No quiero ser moderno.
Mi asesor fiscal siempre puntualiza, cuando me lamento del momento que nos ha tocado vivir, que a los arquitectos lo que nos hace falta no es trabajo, sino sólo ingresos.
La puntualización es pertinente puesto que en realidad no buscamos trabajo para obtener ingresos, sino que más bien es todo lo contrario, necesitamos ingresos que sean capaces de mantener nuestra actividad intelectual basada en concursos, exposiciones, conferencias, blogs, clases y artículos que siempre está poco o mal remunerada.
Para obtener estos ingresos no hay más receta que ampliar el campo geográfico y profesional para tratar de alcanzar el número de encargos necesarios que puedan garantizar esa actividad. Pero creo que es importante asegurarnos que esta grave situación profesional no impida la necesaria generación de pensamiento arquitectónico, justo cuando éste es más necesario en un contexto de cambios tan profundos.
Es desde este punto de vista que observo con curiosidad e interés algunos signos de acercamiento de algunas arquitecturas recientes a una nueva situación. Una situación que reclama una arquitectura más eficiente y útil, y probablemente más cercana a las necesidades reales de la sociedad que la acoge.
Desde esa posición de observador atento detecto, entre otras muchas cosas, una cierta caída del mito de la modernidad y en consecuencia un nuevo interés en la tradición y la continuidad.
La mayoría de los arquitectos, especialmente de las generaciones más jóvenes, ya no están interesados en ser modernos, o por lo menos ya no hacen de ello una bandera. Se diría que miran al pasado y a la tradición que representa la arquitectura popular, de una manera más amable y cómplice. No están interesados en fabricar más arquitecturas de formas imposibles y materiales de última generación, que por naturaleza van a romper con la continuidad de la ciudad o el paisaje y en cambio quieren mostrarse más atentos a los deseos del que las va a vivir.
En pocas palabras, quieren sentirse útiles como arquitectos. Este si es un cambio (reset) que debería interesarnos a todos.
Jordi Badía, arquitecto, noviembre de 2013
[nota scalae] La ponencia, tal y como se presentó en el encuentro, vino acompañada de un comentario mas extenso en el que las imágenes adjuntas suponían un soporte de contexto. Las imágenes son capturas de la proyección de pantalla >>>>>