Una articulación entre lo público y lo privado. Un intento por devolverle a la calle su rol urbanizador. Un marcado énfasis en alcanzar la idea de identidad barrial. Todo eso es lo que indica Antonio Díaz como característico de esta última manzana del Ensanche Sur de Alcorcón.
Al trabajar una tipología tradicional mientras mantiene la premisa de patios interiores, espacios de apertura de la vivienda y hermetismo con el exterior, afirma que quiere combinar lo mejor de las tradiciones residenciales del siglo XIX con las modernas, siempre guiado por la idea de “hacer ciudad”.
Al igual que en las dos manzanas anteriores que concibió para la misma urbanización, en esta intervención, el arquitecto enfatiza el contacto directo entre la calle y las viviendas como un medio eficaz para construir urbanidad. “Es sólo a través de esta relación que los usuarios logran una relación física inmediata con la ciudad”, afirma Díaz. Con ese espíritu como meta, el proyecto establece la posibilidad de acceder a las viviendas tanto desde la calle como desde el interior del conjunto. “Se haga en las calles lo que se haga, es a través del tratamiento del perímetro de la manzana que se puede establecer un tipo de relación urbana”, afirmaba Díaz en su libro Tiempo y Arquitectura (Ediciones Infinito, 2009).
Para lograr un mayor sentido de identidad y pertenencia del usuario con el conjunto, Díaz ha decidido organizar cada volumen en varios portales para crear la sensación de que se trata de una serie de pequeños edificios sucesivos. De esta manera, el conjunto remite a la imagen de la ciudad tradicional, compuesta por una serie de construcciones heterogéneas colindantes unas con otras. En el interior, Díaz ha dispuesto una amplia zona verde, pensada como lugar de esparcimiento y como contribución para mejorar las condiciones medioambientales del conjunto y de la ciudad.
Las viviendas (105 en total) son de tres dormitorios y se generan a partir de un mismo esquema funcional: un núcleo central para baños y servicios, que separa el sector privado del social. Al repetir este esquema básico, Díaz ha logrado una sensible reducción en el precio de la construcción.
La manzana 11.1.2, la tercera y última que Díaz ha proyectado para este desarrollo, tiene la particularidad de no estar cerrada en sus cuatro lados. Su cara este enfrenta un parque en el que el arquitecto ha decidido articular el corazón del conjunto con los espacios verdes. Se podrá estar de acuerdo o no con la tipología de manzana, últimamente puesta en crisis por numerosos estudios de desarrollo urbanísticos por la sostenibilidad de estas y por los ámbitos “gueto” que configuran, pero lo que no cabe duda es que da identidad a una zona diluida por las numerosas y diferentes intervenciones.
Más información en la web de la oficina Díaz del Bó y Asociados.
Ciudad: Madrid
Agentes: Díaz del Bó y Asociados
Edificios: Ensanche de Alcorcón
Autoría de la imagen: Díaz del Bó y Asociados