4 de julio de 2012

Principios y procesos de una situación plural.
Sobre las pequeñas revoluciones de cada día, que no han de ser sino revolver, remover, mezclar, barajar y contaminar para entender que una misma frase en dos idiomas diferentes nunca quiere decir (exactamente) lo mismo, y eso es estupendo.

Quienes han transitado por las convocatorias de los Campus Ultzama, de la Fundación Arquitectura y Sociedad, que son a estas alturas muchas personas y de muy diferentes extracciones, recordarán la sencilla instrucción con la que en cada ocasión se inicia el encuentro: «el motivo de citarnos aquí durante tres días no es el de obtener acuerdos sino, bien al contrario, animar la exploración de las diferencias: nuestros desacuerdos». Esa simple máxima, que obliga a una atención especial y respeto por lo que «no es tuyo» es la que hasta ahora ha permitido que estupendamente dialoguen y conversen llegando a puerto arquitectos, editores, críticos, políticos, sociólogos y otras clases de no arquitectos de diferentes edades, comunidades, ciudades, escuelas, tendencias, políticas, pesos y… estaturas, que de todo hay*.

Es oportuna, una semana mas, esta cuestión de las higiénicas polémicas y destribulaciones tras atender y participar en alguno de los debates de la semana pasada en eme3, donde se pudo verificar de qué modo es fértil la diferencia de potencial, de posición, de criterio, incluso cuando esa diferencia sea producto de una confusión o de una simpática provocación arbitaria. Y también tras leer lo que Miquel Lacasta ha escrito esta semana en axonométrica, que de algún modo supone un elogio de lo simultáneamente diferente, en triple contraposición a lo complejo, lo ambiguo y al propio tiempo. No es poco.

Y bien, oportunidades no han de faltar: mañana jueves tendremos en Barcelona otro atropellado frenesí de convocatorias con tres situaciones, tres pistas, magníficas para que las gentes se barajen entre sí e intenten saber sobre supuestos «otros»: en el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya se presentan el nuevo número de la revista Quaderns de Chechu Zabala, Guillermo López y Mario Ballesteros (un anuario, al modo de los «viejos» anuarios de Quaderns) y la jovial iniciativa y exposición «Materia Sensible«, de Carlos Cámara, Joan Vitoria y Pere Buil, que tras dar la vuelta al mundo regresa a casa y hemos de recomendar, con énfasis, a quienes tengan certezas y necesiten dudar sobre su propio rol personal y profesional como arquitectos, es decir: a quienes requieran la terapéutica invitación de volver a los principios; pero en el Ateneu estará Oriol Bohigas, dando razón de su relato último «Passar comptes», a buen seguro recordando a quienes ni lo sospechan lo estimulante de disponer de un pasado y ser capaz de compartirlo, cuentas por otra parte oportunas en -damos por seguro- una presentación en la que caerán prejuicios, lugares comunes y alguna que otra cabeza; pero no termina aquí la oferta de oportunidades que, en lo que nos llega, se completa con la convocatoria de AAABarcelona, –Javier Bustos y cia- de un radical diálogo 10+10 entre profesores, alumnos y trabajos de dos escuelas: la ETSAB y La Salle que, vista la nómina de participantes, requerirá no solo la tarde sino buena parte de la noche, el refuerzo de las copas y muchas tiritas. ¿Se puede pedir mas y a la misma hora 19h30?

Si, se puede: se ha de invitar a mezclarse, a contaminarse, a acudir a la cita que quien esto lee piensa que no le corresponde y es de los «otros». Háganlo, que merece la pena y les merecerá a los «diferentes». Barcelona está como nunca, enhorabuena Barcelona. 

*El procedimiento en los encuentros, común al de los podcast scalae, es el que consiste en avanzar las declaraciones de principios como fundamento necesario y previo a cualquier otra consideración, por lo que cada cual dispone de un tiempo equitativo para «contar sus cosas: su procedencia, motivos y razones», y a modo ilustrativo dar cuenta de algunos de los procesos que frecuenta o de los resultados que obtiene. La simple exposición, con la inmediata localización de discrepancias que supone siempre para algún otro asistente o audiente, destapa con facilidad un necesario debate, lógicamente, sobre las diferencias, desatinos, desórdenes y desacuerdos localizados.

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