serie artistas
2 de febrero de 2019

[scalae]

No es pez, estrictamente, y quizás tampoco sea ni marinero… pero es asunto de aguas emocionantes, y, además, dedicado de modo admonitorio a quienes empiezan en arquitectura, por Joan Brossa. Se trata de un muy especial poema gráfico, que merece un lugar especial, junto a los pies que chapotean de Alvaro Siza, en el acuario de scalae… sigue la historia completa de su génesis:

 

El transcurso de lo que en estas páginas y lugar termina por ser la iniciativa SCALAE tuvo, en la experiencia de sus promotores, varios precedentes en los que se exploraba el potencial de la red internet como espacio depositario de documentación y, simultáneamente, como espacio abierto de relación entre personas.

Ambas cuestiones, documentación y relación, -en 2019 plenamente desarrolladas por el despliegue tecnológico, por la explosión de blogs y redes sociales y finalmente por la implicación/presión de las iniciativas de mercado que deriva y a la vez sigue las tendencias de la ciudadanía; genuinamente representadas por utlidades como instagram– tuvieron un primer espacio experimental, en arquitectura, que se llamó «web architecture magazine«, WAM.

WAM era una iniciativa editorial -al modo de una revista- en la que un equipo de redacción nacido alrededor de la ETSABarcelona UPC, participado por Josep Quetglas, Ton Salvadó, Carles Muro, Enric Massip, Josep María Baquero, Fernando García Mongay y Félix Arranz tomó nota primero y aplicó después una pequeña utilidad de programación que permitía que las personas lectoras pudiesen aportar una cadena de comentarios y respuestas a cualquiera de los documentos y artículos publicados en el sitio web de la revista. En WAM, en 1996, esa utilidad se denominaba «graffiti«… en la red, algo mas tarde, se denominaría «blog».

El éxito público de WAM -fue, entre otros premios, denominada «sitio de la semana» por Microsoft Network-, y la necesidad de generar recursos económicos para su mantenimiento llevó al lanzamiento, en 1997, de una nueva iniciativa: iAZ, Internet Architecture ZONE, dirigida por Félix Arranz, con un consejo editorial en el que participaron profesionales de la arquitectura o el diseño como Carlos Ferrater, Ramon Benedito o Gabriel Allende junto a personas del ramo tecnológico y redes como Miguel Ángel Bou. En la iAZ entidades como el FAD, la Fundació Mies van der Rohe, las editoriales Gustavo Gili, Actar y Tanaïs, Construmat (Fira de Barcelona) o la Asociación Nacional de Galerías de Arte, entre otros, compartían un «portal» informativo y documental, especializado en arquitectura, a la par que daban sus primeros pasos en la red, en perfecta comandita y de acuerdo a una matriz común. La iniciativa iAZ exploraba, simultáneamente, la posible labor documental y relacional conjunta entre los agentes nucleares en la producción de arquitectura: universitario, profesional (arquitectos), institucional e industrial.

Fruto de esta sinergia la iAZ incorporó a su «patronato» a finales de 1998 a una de las empresas líderes europeas ligadas a la promoción urbanística e inmobiliaria: Aguirre Newman, que propuso al grupo cooperativo de la iAZ lanzar un premio internacional destinado a los jóvenes arquitectos. En esencia la motivación para la participación en dicho premio sería la obtención de una pieza artística… de las manos del propio artista. El artista escogido para la primera edición del premio fue, con la colaboración de la galería Miguel Marcos, Joan Brossa.

Joan Brossa concibió para la ocasión un poema objeto, hermoso e inquietante, consistente en un prisma cúbico de piedra que sustentaba la ausencia de un segundo prisma atado con cuerda y lazo dorados, de modo que el enlazado de cuerda permanecía como testimonio rígido de la desvanecida existencia de lo que pudo ser un regalo.

Joan Brossa viajó a Madrid el 24 de noviembre de 1998 para estrechar las manos y entregar su poema objeto, en un acto público en la sede de Aguirre Newman en Madrid, a los presentes de entre los entonces jóvenes arquitectos premiados: Enric Ruiz-Geli, Elsa Urquijo Gómez, Ramiro Clavero Rodriguez y Juan Manuel Peláez Freidel. El jurado para el premio internacional lo habían formado Carlos Ferrater, Casilda Epeldegui, Félix Arranz, Gabriel Allende, Jon Montero, Jordi Garcés, Miguel Marcos, Ramón Benedito y William Curtis.

Un entusiasta Angel Serrano, entonces director de arquitectura de Aguirre Newman, y Félix Arranz, al alimón, propusieron a Joan Brossa ese mismo día extender su «regalo» con una dedicatoria a los jóvenes arquitectos.

Joan, que degustaba un plato de verduras -quizás espinacas- en el restaurante La Corralada en el momento de la petición solicit
ó una copia de la carta de menú y en su reverso dibujó el rostro -en gesto escrutador y vigilante: «Ojo, te estoy viendo», parece pensar- de su mascota*: un Popeye -ojos saltones- que ya no es marinero sino, como el desvanecido regalo del premio poema objeto, parte de su propia estela de humo. Los idiomas español y catalán se mezclan en la dedicatoria «als joves arquitectos».

Tan apenas un mes después, el 30 de diciembre de 1998, Joan Brossa se desvanecía igualmente, para desde entonces vivir en nuestro recuerdo. En 2019 cumpliría 100 años de su nacimiento.

 

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(*) «Tengo 79 años. Nací en Barcelona. Soy poeta y dramaturgo. Soltero. ¿Hijos?, ni ganas. Si el niño sale inteligente las pasará putas y si es tonto ya hay muchos Capricornio. Soy de izquierdas. Mi afición es la magia. Tengo manía a los curas y, a mayor jerarquía, más. Mi mascota es Popeye». Entrevista completa a Joan Brossa 30/04/1998 por Víctor Lamela, Inma Sanchís, Lluìs Amiguet y Terenci Moix en contraportada de La Vanguardia

 

Técnica: bolígrafo sobre carta-menú de restaurante
Autor: Joan Brossa
Nombre de la obra: als joves arquitectos
Medidas: A4 29,7 x 21 cms.