Verano 2012 Arquitectura y Lugar

15 de julio de 2012 La percepción del territorio rural de Galicia como un espacio social, construido, se hace patente para cualquiera que lo haya mirado con algo de atención alguna vez. Esa construcción de lo natural, que se hace modélica en la materialidad de la arquitectura tradicional, en la unidad entre la casa y las labores agrícolas o en la concepción de los espacios de comunidad, los campos de fiesta o las carballeiras, no ha hecho sino sufrir una expansión tan brutal como descontrolada en la segunda mitad del siglo XX. Esa transformación de gran parte del territorio en una especie de ciudad jardín dispersa, continua y a gran escala corre paralela al abandono paulatino de la lógica tradicional casa-agro-aldea sobre la que se estructuraba la forma de vida en la sociedad rural. A esa nueva ocupación del territorio, reconocida tantas veces en el llamado “feismo”, responde el planeamiento general con normas que la intentan restringir, muchas veces de forma acrítica, con una preocupación excesiva por el mantenimiento de las formas, apariencias y materiales mal llamados tradicionales y con una insistente regulación del qué (se puede hacer) que no deja lugar a pensar sobre el cómo (hacerlo). Para pensar sobre la globalidad de ese territorio social, y sobre aspectos parciales del mismo de los que ha de ocuparse la arquitectura como la escala, la actividad, el planeamiento, el paisaje, el...

Ver +