Muy de niño, cuando tenía 8 o 9 años, Emili Donato inició con el retrato que hizo de su padre un camino que, entonces no lo sabía, le iba a adentrar en dos mundos que conoce bien y que seguirá paralelamente durante toda su vida: la pintura y la arquitectura. De eso habla en esta conversación ‘al modo scalae’, una conversación en la que escuchamos el ruido de pisadas propias y ajenas en caminos, rutas, travesías y callejones de la vida de Emili: conflictos políticos, viajes, Coderch, maestros y alumnos, teoría de arquitectura… una ruta que permite avistar a una arquitecto muy crítico consigo mismo, perseverante y, sobre todo, que derrocha energía.
Emili Donato, energía crítica y arquitectura de siempre
17 de noviembre de 2008