Posiblemente sea Ramón Sanabria uno de los arquitectos barceloneses con un mejor y más interiorizado sentido del orden y del equilibrio. No es algo que se consiga en soledad ni en un instante: Sanabria relata una trayectoria que se inicia en LLeida, en la que la mezcla del saber elegir y de la fortuna le han ido llevando de la mano con gentes muy serias, profesores como Josep Lluis Canosa, su socio durante muchos años Ramón Artigues, o el referente de toda una generación: Oriol Bohigas. Las constantes de su doble escuela: la de arquitectura de Barcelona y la de su propio estudio, identifican también una saga de colaboradores y un sentido altísimamente profesional de la tramitación del proyecto, tanto en sus componentes intelectuales como en su vertiente administrativa. Crítico donde los haya, siempre desde la seriedad, Ramón reclama el rol social y el compromiso público del arquitecto cada día, en cada acción y situación vivida y compartida.
