Nuestro delfín no puede evitar resoplar, una manifestación de alivio, al precibir que -a pesar de las dificultades- sensación y realidad pueden terminar por ser una misma cosa y que la pecera no es de vidrio sino de alambre y es posible… escapar, la libertad!
17 de noviembre de 2008
El autor, también de la arquitectura de interiores de la torre AGBAR en las plantas de oficinas y cafetería, identifica en su pez su actitud personal al abordar el trabajo junto a Jean Nouvel: la de quien se desenvuelve, con la mitad del cerebro siempre atenta -despierta- como un delfín, intentando que lo escaso devuelva al habitante la sensación de amplitud que informa el continente desde el exterior.
Autoría de la imagen: Gerardo García Ventosa