
Este pez, seguramente procedente en origen de alguna de las terrazas del ensanche barcelonés que Alberto Estévez propuso -hace una eternidad- convertir en parque contínuo, se remata con un ojo colorado ‘a la virulé’.
Nuestro pez es fajador… la vida es dura, y al ojo habrá que darle arnica y a seguir, que son dos días. Seguro que el que se lo puso así tiene sus dos ojos, cuando menos, peor… conociendo al pescador…