23 de noviembre de 2025

Xavier Llobet podcast

Comunicación de Marta Vall-llosera, arquitecta y candidata a la presidencia del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España para el período 2026-2029.

Equipo:
Laureano Matas Trenas, Vicepresidente primero
Susana Moreno Falero, Vicepresidenta segunda
Salvador Lara Ortega, Vicepresidente tercero
María José Peñalver Sánchez, Secretaria General
Elena Guijarro Pérez, Tesorera

Idioma del podcast: castellano

> documento programa electoral de la candidatura [descargar]
> documento de apoyo [descargar]

también en YouTube >>> https://youtu.be/AzpybthVCFw

TRANSCRIPCIÓN

Hola a todos y a todas.
Soy Marta Vall-llosera y os voy a contar el programa que hemos preparado para nuestra candidatura a la Presidencia del Consejo Superior. Iniciamos nuestro programa con una frase de Jeff Bezos: «Tan importante es conocer lo que cambia, cómo saber lo que debe permanecer».

Nos encontramos en un momento de cambios profundos. Cambios que van a definir el futuro de nuestra profesión y que exigen que estemos preparados, coordinados y presentes en todos los espacios donde se toman decisiones que afectan a nuestro ámbito profesional. Un tiempo que nos exige responder con solvencia, con coordinación y con visión estratégica para convertir los retos que afrontamos como sociedad en nuevas oportunidades. Y por eso necesitamos estabilidad, serenidad y claridad. Necesitamos un proyecto que no empiece de cero, sino que consolide los logros alcanzados y que al mismo tiempo sea capaz de reforzar nuestra posición y avanzar ante los desafíos que tenemos por delante como colectivo.

Este programa no plantea una ruptura, sino una continuidad responsable, acompañada de la transformación necesaria para abordar una nueva etapa. Porque no partimos de cero, partimos del trabajo sólido desarrollado en los últimos años por el Consejo Superior junto a la mesa de consejeros. Un trabajo que ha reforzado la confianza institucional, ampliado nuestra presencia pública y situado a la arquitectura en el centro del debate social y político.
Durante estos años hemos dado pasos importantes. Los grupos de trabajo han sido esenciales. Se han convertido en espacios donde los colegios debaten, aportan y construyen posiciones comunes. Gracias a ellos hemos llegado a propuestas sólidas que han permitido tomar decisiones, alcanzar consensos en la mesa de consejeros y abordar y poner en marcha acciones.
Hemos trabajado en defensa de la profesión. Hemos conseguido sentencias favorables, gracias a la coordinación de las asesorías jurídicas de los colegios con la asesoría del Consejo, en ámbitos como el intrusismo profesional, entre otros. Hemos mejorado nuestra influencia legislativa, aportando alegaciones y enmiendas a leyes claves como el Plan Estatal de Vivienda o el Consejo de Calidad de la Arquitectura. Hemos duplicado nuestra presencia en medios y redes sociales gracias a la coordinación entre el Consejo y los colegios. Hemos fortalecido nuestras relaciones institucionales tanto a nivel nacional con administraciones públicas y otros agentes del sector, como a nivel internacional, a través del Consejo de Arquitectos de Europa, la Unión Internacional de Arquitectos y la Unión de Arquitectos del Mediterráneo, con representantes del Consejo en los 3 burós o consejos trabajando en defensa de la arquitectura.

Y también hemos avanzado apoyando al ejercicio profesional, impulsando la formación continua mediante la plataforma de formación, reforzando nuevas herramientas y redes colaborativas como el Observatorio 2030 del Consejo y la nueva web conectada con los colegios, y hemos renovado también nuestra sede a través de un concurso de proyectos, pasando a ser un ejemplo de calidad arquitectónica y sostenibilidad, y lo hemos hecho sin aumentar el presupuesto.

Tenemos retos que afrontar, retos nuevos, nuevos retos, como las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, que deben ser herramientas de apoyo y nunca sustitutos de pensamiento arquitectónico. La prefabricación de la construcción, que aporta eficiencia, pero plantea también debates sobre competencias y regulación. Las exigencias europeas de descarbonización, la nueva directiva de eficiencia energética de los edificios, donde el arquitecto debe de seguir siendo mediador entre entorno, comunidad y tecnología. Y las nuevas titulaciones universitarias, que deben mantener una relación clara con nuestras atribuciones exclusivas. A esto se suman los retos de siempre: el intrusismo profesional, la sobrerregulación normativa, la burocracia administrativa, el abuso de medios propios de la administración y la defensa del patrimonio arquitectónico. Finalmente, hablamos también de otros desafíos y oportunidades. El próximo Congreso Mundial de la Unión Internacional de Arquitectos, que se celebrará en Barcelona, situará a España en el centro del debate internacional. La reformulación del Observatorio 2030 del Consejo como mesa de referencia del sector o la consolidación del compromiso con la igualdad.

Y esto lo hemos hecho visible presentando una candidatura con amplia representación de mujeres, coherente con los principios que defendemos. Queremos avanzar hacia un consejo útil y cercano, que escuche, que conecte y que coordine. Un consejo que genere valor real y defienda los intereses de todos los colegios y de todos los profesionales. Queremos una profesión digna, con honorarios justos y para ello debemos poner en valor el trabajo de los arquitectos y arquitectas, porque lo que no se conoce, no se valora. Queremos visibilizar nuestro trabajo, formar a los arquitectos en visión empresarial y promover una administración pública ejemplarizante, mejorando los concursos y donde el criterio de contratación sea la calidad y no el precio.

También queremos avanzar en formación y especialización. La plataforma de formación será el instrumento clave y apostamos por abrir nuevas salidas profesionales en campos emergentes. Apoyaremos a las agrupaciones profesionales que garantizan participación y especialización, apoyando e impulsando el ejercicio profesional en todos sus ámbitos de actuación. El consejo debe, a través de la coordinación con los colegios, atender a los jóvenes arquitectos, acompañarlos desde la universidad, escuchar sus inquietudes y facilitar su integración profesional.

Y queremos avanzar en la profesión que demanda la sociedad. Una profesión capaz de liderar el cambio, de unir la técnica con la emoción o la inteligencia artificial con la inteligencia colectiva. Una profesión que ofrezca soluciones reales con actitud proactiva ante la crisis de la vivienda, ante la rehabilitación y regeneración urbana, ante la sostenibilidad y adaptación climática o ante la protección del patrimonio.

Por último, seguiremos trabajando en la defensa de nuestros colegiados, defendiendo una pasarela al reta justa y promoviendo la responsabilidad social hacia nuestro propio colectivo. La sociedad necesita arquitectura de calidad y los arquitectos y arquitectas necesitamos trabajar en condiciones dignas. El CSCAE debe liderar estas agendas con trabajo, con rigor, con seriedad y con visión. Podemos lograrlo con principios básicos claros, con la implicación y participación de los colegios y consejos autonómicos, buscando el consenso en los acuerdos de la mesa con transparencia y formación fluida, con respeto a la diversidad territorial. Una representación fuerte con capacidad de influencia en todo el territorio nacional nos refuerza como profesión y participando de manera activa en todos los foros y espacios donde se toman decisiones que nos afectan. Si no estamos, otros las tomarán por nosotros.

Queremos hacerlo con un equipo fuerte, un equipo con tres vicepresidencias preparado para trabajar desde el primer día, equilibrando los distintos modos de ejercicio profesional. Un equipo con experiencia institucional y corporativa, equilibrio territorial y capacidad de trabajo. Perfiles diversos, compartiendo valores esenciales: la vocación de servicio, el respeto, el diálogo y la estima por la arquitectura.
Todo ello acompañado de una estrategia clara, siendo proactivos y reactivos cuando sea necesario y basada en tres tipos de acción: las relaciones institucionales, que construyen legitimidad; la defensa activa, que moviliza respaldo social y construye la narrativa pública; y con el lobbying profesional, que transforma la influencia en resultados concretos.
La defensa refuerza nuestra credibilidad. La visibilidad amplía el reconocimiento y el lobby convierte esa fuerza en cambios reales.

Y acabo ya, nuestra propuesta es seguir avanzando hacia una profesión unida, respetada y reconocida. Hacia un CSCAE que sirva, que escuche, que acompañe y que defienda. Hacia un futuro donde el talento y la labor de los arquitectos sean valorados por la sociedad. Avanzamos. Porque creemos en esta profesión, porque la queremos profundamente y porque sabemos que desde la serenidad y el trabajo constante podemos influir para mejorarla.

El futuro de la arquitectura no debería estar determinado por factores externos, sino por la capacidad estratégica del colectivo para liderar, innovar y demostrar su valor insustituible, transformando la visión de un mundo mejor en una realidad construida.