Principios y procesos de una situación plural.
Sobre acuerdos, recuerdos, coincidencias y paralelos… incluso australes!
Por encima y debajo de las coyunturas y avatares institucionales y de la política, cuando se visitan las ciudades de la Argentina (por una persona española) es difícil sustraerse a la idea de que debiera ser (la visita) algo irrenunciable en el curriculum vital de cualquier europeo. Termina por resultar mágica esa superposición de tiempos y sensibilidades que supone la visita -para alguien procedente de España o de los lugares que en ella conviven- por cuanto la piel desvela al visitante un habitar que es simultáneo de dobles presentes, pasados y, quizás, futuros: el español y el argentino, que se empeñan en enroscarse sin coincidir. Tiempos no sincronizados entre personas, países y culturas sino sincopados, que obligan a la humildad del constante reflejo de unos y otros, por cuanto el pasado de unos es presente de los otros, y el futuro de los otros es el pasado de los unos, siendo ambos unos y otros. Supongo que se lee extraño, las prisas y la torpeza no me permiten relatarlo de otro modo, pero estoy seguro de que quienes hayan tenido el privilegio de la visita, involucrándose con las gentes, en uno u otro lado del atlántico y ecuador, ya sonríen.
Y viene al caso, además, por las coincidencias de un día en que esas sincronías y síncopas se evidencian en la entrevista que acaba de publicar Zabalbeascoa sobre el perfill personal y posición crítica de Fredy Massad, donde no se puede sino suscribir una lógica en la que quien observa tiempos y lugares diversos, cuando habla de arquitectura y arquitectos, hace del oficio y la proximidad los lugares comunes, el núcleo de un patrimonio simultáneamente colectivo y personal.
De ello, siguiendo en las coincidencias, escribíamos aquí mismo tan apenas hace una semana.
Pero, si se quiere, en esa lógica de sentimientos y posiciones alternos resulta llamativa y sintomática la regalada simultaneidad para la semana que viene en la que Vigo y Pamplona, en los exactos mismos días, ofrecen encuentros y congresos, puede que desde uno y otro lado de un mismo espejo. Será un reto, que esperemos puedan cubrir precisamente las posiciones críticas, poder cruzar los debates y hallazgos que en una y otra ciudad ofrecerán gentes que coinciden en llamarse arquitectos pero que habitando un mismo tiempo y cultura miran y sienten en direcciones que no son, de nuevo, exactamente sincrónicas.
Pensamos que Venecia, la biennale, ha de evidenciar con fuerza esta condición contemporánea de dobles, triples y cuádruples síncopas y asincronías, de arquitecturas y arquitectos que siendo «ahora» son para unos «ayer» y para otros «mañana», siendo unos y otros todos a la vez. Extraños y hermosos tiempos los nuestros, entonces, en los que estar de acuerdo y en desacuerdo puede resultar lo mismo. Nuestra apuesta, es sabido, se relaciona con las arquitecturas de la vida y la ilusión.
No puedo dejar de aprovechar la oportunidad para certificar la maravillosa sintonía que estos días, nada asincrónica sino totalmente acompasada, estamos viviendo en la comitiva que con Arquitecturía y Langarita-Navarro muestra y debate lo próximos que son discursos que en sus resultados aparentan diferencias cuando en su base, sus principios, es el oficio quien se reclama como fundamento y paralelo proceso. Esta misma tarde lo volveremos a debatir en Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. De un modo u otro, allí os (les) esperamos.