(en Olot, 05-08-2013)
[Jaume Prat] Umberto Eco publica, en 1980, su primera novela, El nombre de la Rosa, dejando descolocado a un público que lo considera un autor demasiado serio como para ocuparse de un tema aparentemente tan frívolo. La explicación que da para la confección de esta obra es el descubrimiento de aquello de lo que no se puede teorizar, lo que hay que narrar. Y que, sencillamente, le apetece: Eco necesita, a sus 48 años, una estructura compleja que le permita ponerse grave, bromear, ironizar, citar a diestro y siniestro amigos y enemigos y mezclarlo todo en un rosario de temas imposibles de conjuntar de otro modo: la confrontación de las mentalidades escolástica y moderna, la transformación de la filosofía griega, el papel del saber, los diversos conflictos que alimentan el alma humana.
Pero lo que configura el salto más importante en toda la carrera del autor es el paso de la razón al sentimiento. A la comprensión. El lector tiene que experimentar. Tiene que empatizar y relacionar su propia experiencia con la de los protagonistas de la novela. Que el autor ha de conseguir que estén lo suficientemente vivos como para que la naración se pueda experimentar siempre en presente. El lector, acostumbrado a reflexionar sobre los postulados del autor de modo desapasionado, ha de prescindir de su razón para confrontarse con lo que siente antes de decidir qué piensa.
La base del Workshop LABA RCR es la misma experiencia que Eco propone a sus lectores. Teniendo completamente sistematizado su funcionamiento, los tres arquitectos van más allá de este grado cero para ofrecer una experiencia directa. El grado cero del workshop es su estructura, partida en tres (como la propia estructura del estudio), dividida en trabajo de taller, conferencias, y visitas de obra, estructura que se va haciendo más compleja cada año: el presente se ve enriquecida con un workshop paralelo de fotografía y audiovisuales y con las colaboraciones de Scalae, en funciones de documentación y edición de un ebook de la serie …about sobre RCR arquitectes, con textos de los participantes en el workshop en sentido amplio (desde los que lo cursan hasta los coordinadores, o, incluso, los propios conferenciantes) y del artista Daniel Terzano, que, durante todo el mes, trabajará en una obra que elaborará in situ con la colaboración de todos los participantes hasta llenar dieciséis metros de lienzo partidos en nueve partes de medida decreciente en función de una serie de parámetros enunciados en un tarjetón que se ha entregado a cada participante.
El Espacio Barberí, actual sede de RCR en sus tres patas (estudio, laboratorio LABA y fundación BUNKA) tienen una presencia especial en el evento. Ubicado en una antigua fundición artística que conserva todos los rastros de su actividad a la vista incorporados a la arquitectura presente, el espacio está hecho de rincones, de decorridos que atraviesan constantemente diafragmas que ponen al usuario en contacto directo con el material, con el hollín, con las paredes de piedra volcánica a la vista, y que desembocan, después de una sucesión de giros de noventa grados, en espacios de buena medida agradables para trabajar: desde los espacios de trabajo del estudio al taller, la Nave, la Sala de la Biblioteca, el Pabellón de los Sueños o el jardín interior, corazón de toda la intervención, plantado de helechos y hayas, siempre fresco. El Espacio Barberí constituye, en sí mismo, una experiencia, un marco activo que marca de modo decisivo la manera de trabajar de los participantes.
La ciudad de Olot tiene también un protagonismo decisivo en el workshop. Los trabajos de taller se dividen en cinco actividades que agruparán a los participantes en grupos de un modo vertical. Cuatro de ellos estudian la ciudad de Olot y su fusión con el paisaje circundante, exploran el potencial de cruzarla con una trama de vías verdes que aprovechan los flujos naturales (los volcanes, el rio Fluvià) y de, mediante microintervenciones, llevar, hacer pasar, evidenciar el paisaje en cada centímetro cuadrado de la ciudad (en palabras de Rafael Aranda), hasta impregnarla totalmente del carácter del lugar. Las propuestas son seguidas y estudiadas por el Ayuntamiento de Olot, que ya trabaja en el desarrollo de algunas de las expuestas el año pasado. La oferta del taller se completa con un trabajo sobre la ciudad de Dubai, que obliga a pensar en unas condiciones climáticas y en una relación interior/exterior radicalmente diferentes de la propuesta en un clima tan benigno, comparativamente, como el de la Garrotxa.
El lunes día 5 de agosto se hizo el acto de presentación, donde Ramon Vilalta expresó la voluntad del grupo de facilitar herramientas para la comprensión más allá del conocimiento. Consciente del papel de la intuición en este camino, del salto individual, consciente, activo que representa el paso del conocimiento a la razón, habló de la voluntad de ayudar, de dar herramientas para dar el paso. De la experiencia global que supone desplazarse, convivir, trabajar y sumergirse en un mundo que, un mes al año, se abre para dar y recibir experiencias en un movimiento de retroalimentación que marca a todos los asistentes.
Ciudad: Olot
Agentes: RCR arquitectes
Edificios: Espai Barberí
Autoría de la imagen: Jaume Prat
