El cementerio de Cesar Portela vuelve a vivir.

Se impulsa la obra que Cesar Portela término hace 13 años, y que fue numerosamente reconocida, pero rechazada por los vecinos. 4 de septiembre de 2011 El cementerio ubicado en el “Fin de la Tierra”, está formado por 14 cubos de hormigón, de 12 nichos cada uno, más tres bloques que tendrían que atender las funciones de tanatorio, capilla y sala de autopsias.  Hace casi trece años que la obra concluyó y prácticamente esta sin usar. Se percibe el paso del tiempo en el entorno, y es que los pinos han hecho que este lugar ya sea una parte más del enclave. “La propuesta muestra un cementerio hecho de pequeñas estructuras, agrupadas a lo largo de un recorrido preexistente que sigue la pendiente do Monte do Cabo, sin recintos, y como fondo la omnipresente extensión marina. La renuncia a los espacios vallados y a la eliminación de líneas de límite y paredes significa que no existirán las usuales referencias a un espacio particular. ‘Cómo superar esta dificultad? Utilizando otras referencias y estableciendo otras delimitaciones. Más específicamente, las que caracterizaban al antiguo lugar de sepultura celta: el mar, el río, la montaña, el cielo. La imagen del cementerio es la de una senda que atraviesa una aglomeración de casas, una serpiente que repta a lo largo de la ladera de la montaña hasta el mar, adaptando su proceder a las repentinas variaciones del...

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