Arquitecto, ta 1. m. y f. Persona legalmente autorizada para ejercer la arquitectura.
Realidad
1. f. Existencia real y efectiva de algo. 2. f. Verdad, lo que ocurre verdaderamente. 3. f. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio.
del Diccionario de la Real Academia Española, RAE [https://dle.rae.es]
La prensa lo ha recogido, pero de manera lateral y meramente descriptiva. Por ahora.
¿Que qué ocurre?
Pues que hay convocada una huelga en el espacio universitario a raíz de la tramitación de la nueva LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario). Una huelga que afecta de momento al profesorado asociado (en principio profesionales que participan en la docencia universitaria, aportando a la formación de futuros profesionales lo que llamaríamos la “conexión con el desempeño real actual”; en la realidad una mezcla de lo anterior con personas en el inicio de su carrera académica como personal docente e investigador de dedicación exclusiva, también llamados “falsos asociados”).
Diversas plataformas convocantes coinciden en unas mismas reividicaciones:
• Contratos de carácter indefinido para el PDI Asociado sin necesidad de nuevos concursos.
• Reconocimiento de las horas efectivas de trabajo (a cada hora de clase le corresponden otras tantas horas de preparación de clases, corrección de exámenes, coordinación de materias,…).
• Mantenimiento de la dedicación máxima a 180h ligada a las necesidades de la docencia y a los planes de estudios específicos.
• Promoción del PDI Asociado a las categorías contractuales superiores a las que esté acreditado.
• Derecho al cobro de quinquenios y sexenios como el resto de figuras contractuales.
• Pleno derecho a la participación en la investigación.
• Usted (profesorado) es digno de acuerdo con la cualificación profesional.
Entonces, y para el caso de las Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura, públicas, ¿cómo afecta todo esto?.
Pues es todo un tema… La fórmula de “café para todos”, limitando la dedicación del profesorado asociado en todas las facultades -excepto las de medicina- a 120 horas (y por lo tanto a cuatro horas semanales de relación docente con el alumnado mas otras cuatro de preparación de clases, corrección de exámenes, etc) aunque asumiendo -en respuesta a una advertencia firme de las comunidades europeas- una contratación indefinida, resulta especialmente crítica en los estudios universitarios conducentes a atribuciones profesionales -menos en medicina- y en los que las prácticas de taller, proyectos o laboratorios requieren un tiempo igual o superior a las cuatro horas semanales. El conflicto está en que la mayoría del profesorado asociado “profesional” interviene justamente en esas materias de “taller, proyectos o laboratorios” de seis o mas horas semanales.
Pero, cuidado, es posible que no pocas personas de las que ejercen como profesorado asociado puedan no estar incómodas con la reducción horaria. Con lo que en realidad puede que estén inquietas, mucho, como lo está el alumnado, es -en el fondo- con lo que todo esto pueda suponer para con el modelo formativo vigente y, por lo tanto, con una mas que posible reformulación de los planes de estudios únicamente para poder acomodar los nuevos modelos laborales. Sería un dislate colosal: planes de estudios no basados en competencias/atribuciones, en contenidos, sino en los tramos de contratación laboral del profesorado.
Para mas inri la titulación superior como arquitectos lastra cuestiones viejas como la realidad de tratarse, en España, de una titulación merecedora de ser doble si hubiese un mínimo rigor en las homologaciones europeas. Es decir: si se repasan los planes de estudios españoles en arquitectura superior lo que se detecta es una formación de competencias que en la derivada europea son correspondientes a arquitectos y, en una parte técnica complementaria, a ingenieros. Los arquitectos españoles tienen una formación completa, de la que los “europeos” prescinden al no incluir el paquete “ingenieril” asociado a las instalaciones y estructuras arquitectónicas. De hecho la homologación con el título español requiere cursar dichas materias técnicas para que arquitectos europeos puedan ejercer como arquitectos en territorio español.
Y sin embargo queda la sospecha, derivada de esta LOSU, de que la carrera de arquitectura superior española -de un enorme prestigio internacional- no sólo no ve reconocida su realidad doble arquitectónico-ingenieril sino que, poco a poco, ley a ley, va alcanzando un nivel de “equiparación” con otras carreras universitarias no conducentes a las atribuciones profesionales propias de las profesiones reguladas.
No es de extrañar la desorientación de los estudiantes de arquitectura que estos días preguntan y consultan… ¿pero esta nueva situación de la LOSU nos afecta en nuestro presente o… en nuestro futuro? ¿es un problema de profesorado o un problema de modelo de carrera profesional?
No es de extrañar que jefes de estudios de escuelas técnicas superiores de arquitectura estén dimitiendo ante un inminente escenario de huecas reformulaciones de los planes de estudios por razones laborales.
Si el futuro es una profesión, de arquitectos, devaluada en su modelo formativo podemos estar seguros de que no tardará en aparecer el fantasma de la cancelación de la obtención de las atribuciones por la vía universitaria -sobre el argumento, objetivo, de la desconexión con la realidad, el tiempo presente, del desempeño profesional- y de su futura subasta en… ¿dónde?
Félix Arranz
Arquitecto y editor de SCALAE
Ilustración: Busto de mármol de Jano en el Jardín de Verano de San Petersburgo |