propósito
Del lat. proposĭtum.
1. m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.
Sin. intención, determinación, voluntad, ánimo, empeño, deseo, aspiración, interés, idea, proyecto, plan.
2. m. Objetivo que se pretende conseguir.
Sin. objeto, objetivo, meta, fin, finalidad.
3. m. Asunto, materia de que se trata.
asunto, tema, materia.
Diccionario de la Lengua Española, RAE
Vaya por delante: 🎶 a Coruña hemos de ir... 🎶.
El 12 de enero tenemos nueva cita, esta vez en A Coruña, en la que María Fandiño, Abalos Alonso arquitectos y Arturo Franco expondrán su experiencia profesional en tres cápsulas* de proyectos materializados en escalas y lógicas muy diferentes para posteriormente atender el debate planteado por un panel crítico con Miguel Abelleira, Luciano G. Alfaya, Cristina Ansede, Covadonga Carrasco, Carlos Quintáns y Alfonso Salgado. Será en la Fundación Luis Seoane, con la colaboración de la ETSA Coruña de la UdC y el COAGalicia. [ver + y/o inscribirse]
Si puedes… ¡ven!.
Pero si, venga, el 12 de enero supone haber entrado en 2024, año nuevo para el que debemos repasar algunos deseos, o mejor: propósitos. Propósitos que son sinónimos de planes y proyectos... y a eso, precisamente, nos dedicamos. ¿O no?
Con los propósitos personales no vamos a enredar mucho; aunque sin eludir recordar la necesidad de renovar y cultivar el esfuerzo en aportar razones, conocimiento, experiencia, motivación y colaboración para que tanto cada uno de nosotros como quienes nos acompañan en nuestras andanzas e industrias noten que todo aquello que nos involucra merece la pena, estaba esperando nuestra labor y ahí estamos para ello.
Con elegancia, discreción y eficacia. Sin ruido.
Ni mas ni menos.
Bueno, mas… lo que cada cual pueda, de acuerdo.
Menos no.
Y vamos a los propósitos colectivos.
Como arquitectos, como profesionales de la arquitectura, tenemos algunos asuntillos pendientes, apuntaremos aquí uno, flagrante:
¿Será éste el año en el que se cumpla el acuerdo que se tomó en la conferencia de directores de escuelas superiores de arquitectura, hace mas de catorce años, por el que los estudios universitarios habilitantes de la profesión colegiada de arquitectos serían en todas las facultades, públicas y privadas, de cinco cursos de Grado mas un curso de Máster, conforme a lo propuesto en 2005 en el libro blanco de ANECA? ¿Qué tiene que pasar para que se cumpla ese viejo acuerdo?
Actualmente la habilitación se consigue en las universidades que respetan el acuerdo de la Conferencia superando los 5+1 cursos acordados y oficiales. Eso es lo que ocurre. Llamaremos "serias" a estas universidades.
Pero persiste en universidades que llamaremos "alegres" la oferta de idéntica habilitación en sólo 5 cursos, sólo grado, pero igualmente habilitante.
Quienes estudian en las universidades serias obtienen la titulación** de un "Grado no habilitante" en cinco cursos. Esa titulación no da atribuciones, no permite el ejercicio profesional, no permite la colegiación plena. Algunos, quienes prosiguen, con un curso mas de Máster, obtienen la habilitación profesional. Otros, que son mayoría, no siguen la línea habilitante sino que optan por otros Másters de especialización en competencias alternativas, de corte investigador o... pasan directamente al mercado laboral en funciones muy diversas, aunque nunca de responsabilidad profesional.
Si embargo, todas las personas que estudian en las universidades alegres, privadas mayormente, y superan los cinco cursos de Grado son habilitadas. Todas.
Así unas habilitan a todos mediante un Grado, otras habilitan a algunos mediante un Máster. Misma habilitación, mismas competencias y atribuciones. Y por en medio un grado serio no habilitante que... ¿Para qué sirve laboralmente?... ¿para que se autodenominen "arquitectos" personas que no han completado la formación seria de Máster, confundiendo a propios y ajenos**?
No cuadra.
No. No es de recibo. Es raro. Es desordenado. Es humillante para la formación habilitante “oficial” de las universidades serias y absurdo para la profesión. Es nada serio para con la sociedad. Es intolerante con el acuerdo común de la Conferencia y con la propuesta del Libro Blanco ANECA de 2005. Es confuso para lo laboral**.
Es… un poquito vergonzoso.
Y, sobre todo, es necesariamente resoluble.
La organización profesional, las directivas ministeriales y/o el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos Españoles, que en 2005 admitió*** -para no complicar en la convergencia europea pero a contrapelo de la realidad formativa y profesional española de entonces- un 5+1 que consideraba insuficiente, podrían quizás señalar esta situación, cuando menos. Ya. Sería un primer paso.
Derivas no faltarán para mantener el compás de espera sin cambiar nada, de momento… porque quizás será también éste, 2024, el año en el que de nuevo ANECA, con las escuelas, consejo superior profesional y ministerios correspondientes, se ponga a la faena de preparar un nuevo libro blanco de los estudios habilitantes profesionalmente en arquitectura. Y, en consecuencia, sea prudente no cambiar nada, para que nada cambie, hasta que todo cambie.
Un "de momento" por ahora de casi veinte años, aparentemente prorrogable ad infinitum, para ojalá abordar lo que el vigente, y no atendido por todos, libro blanco ANECA de 2005 clamaba como pendiente en la valoración de su comisión redactora****: “Se definen (en este Libro blanco) cinco perfiles pero en las propuestas prácticas que se realizan, se visualiza especialmente uno, el perfil de Edificación, con dos áreas de estudio complementarias relacionadas con el Urbanismo y la Acción Inmobiliaria. Los otros dos perfiles profesionales propuestos no figuran en los procesos formativos finales que se promueven, a pesar de que su ausencia pueda incluso llegar a afectar a las atribuciones profesionales presentes o futuras.”
Pues eso, que hay faena por terminar y actualizar lo dejado a medias cuatro lustros atrás. Completar lo que quedó incompleto, desmadejado, antaño en un momento de incertidumbre y desconcierto ante el impacto de las nuevas y numerosas universidades privadas. Apuntar y atender lo que hoy es urgente en la necesidad de homogeneizar para todos los centros, definitivamente y de manera clara, el acceso a una profesión seria, legislada y de responsabilidad social. Y, de paso ya que estamos, abordar con criterio y sentido del tiempo presente la reconexión con la realidad, la actualización de los formatos, de los contenidos docentes y de los recursos necesarios para el desarrollo de las competencias y atribuciones de una atribución profesional que, con independencia de las posibles, variadas y diversas interpretaciones personales en su desempeño, sin renunciar a su adn, debe mirar con solvencia y garantías, enfocada, al porvenir.
Para colmo… la vigente convivencia del ensayo, al conpletar la carrera, del “Proyecto Final” con asignaturas optativas y troncales a la par -en todos los casos, en los Grados insolidarios alegres y en los Másteres habilitantes oficiales serios- puede que desnaturalice ese proyecto final crucial, ahorque el tiempo disponible para su desarrollo y, sin remedio, convierta su elaboración en un trámite, en una pseudo-tesis aguada o, peor por letal, en algo totalmente ajeno al mínimo exigible en el desempeño profesional colegiado.
Así que cuanto antes, por favor, ese nuevo libro blanco y esa homogeneización de cursos de los estudios en todas las universidades, públicas y privadas. Serias todas.
El presente nos ha superado y, por aludir dos agentes del escenario social y cultural contemporáneo, lo salvaje del mercado formativo, la inteligencia artificial y la miseria clientelar van mostrando sin vergüenza el hocico.
Lo dejamos aquí…. puede que en otros editoriales ampliemos la lista de propósitos colectivos crudos ya que sigue siendo sangrante argumentar sin consecuencias -desde la perplejidad pero jamás desde la melancolía- de los concursos, de sus requisitos y sistemas de valoración, de las misiones completas, de baremos, de fiscalidad, del rol y misión docente del profesorado asociado, de directivas con catedráticos y funcionarios bajo el principio de Peter, de dedicaciones exclusivas no tan exclusivas, de condiciones para la no exclusividad, de generosidad, de géneros, de las crisis climática, energética y bélica…. de tantas cosas eternamente -tal parece- pendientes o a medio guisar -vaya: crudas, decía- que rodean la formación, profesión, ejercicio y compromisos de arquitectos y arquitectas, incluso cuando abordan la docencia o la materialización de sus proyectos.
Feliz año nuevo, en fin, que sea un buen año, claro que sí; mucho ánimo, y a aplicarse tocan… ¡ah! y nos vemos en Galicia, de momento, en la convocatoria del CEI SCALAE 2024*****.
Félix Arranz
Arquitecto y editor de SCALAE