[Compás de espera]
m. Detención de un asunto por corto tiempo.
m. Mús. Silencio que dura todo el tiempo de un compás.

Diccionario de la Lengua Española, RAE 

 
Las partituras instrumentales para piezas de orquesta vienen trufadas de compases de espera, que en su interpretación sonora suponen para el instrumento y para la persona instrumentista… silencio. Esperar.
Como silencio es, dicen, lo que (no) se escucha en el espacio sideral, en el vacío entre asteroides, satélites, planetas, estrellas y demás cuerpos celestes. De hecho los astronautas cuentan que es la piel y no el oido quien siente las vibraciones del universo, o de la nave cuando el paseo espacial. (1)
Silencio es, si así se estima, lo que se percibe en los instantes previos a la explosión de intervenciones y situaciones que emocionan, tanto personales como colectivas. (2)

El silencio de tantos compases de espera no debe confundirse con temor, tampoco con inseguridad ni pérdida de tiempo (3). Puede que silencio sea incertidumbre para quien escucha -momento mágico el de la incertidumbre, en el que no hay verdad posible-, donde cabe la esperanza de que algo exacto en su oportunidad y pertinencia vaya a ocurrir.

Y así estamos, entrando en agosto, en ese tiempo que es compás de espera y también, para los mediterráneos, de deseos mas o menos satisfechos al sol y a la sombra. Tiempo de silencios compartidos, de impaciencia en los sueños de jóvenes emprendedores, de esperanza en la tolerancia velada de los mayores, de suspiros ilusionados de cualquiera de nosotros ante la espectativa de un nuevo y posible ciclo.
Ilusión, entonces, colectiva para que el tiempo séptimo (septiembre) pueda traer pulcritud y acierto a quienes deciden por todos: dirigentes, incluso universitarios; políticos, incluso diputados del congreso español, y veamos amanecer cuando menos dos situaciones.

(Hablamos de arquitectos, hablamos de arquitectura. Aunque quizás hablamos de tí, que ahora lees esto)

Una, la aplicación digna de la LOSU para profesorado asociado -4 horas puede que sean suficientes, pero no lo es el modo como se compensa a quienes traen a manos llenas –desde el prestigio profesional a precio de beca– la experiencia de la realidad y el tiempo presente a las aulas; como tampoco es suficiente que quienes se han volcado en la investigación académica, lectores, agregados… catedráticos, tengan tantas dificultades administrativas en la aplicación profesional en la realidad de su experiencia y reputacion académica.

Dos, el perfeccionamiento de la propuesta del grupo socialista en el congreso para una "pasarela al RETA" justa, constitucional, universal y optativa. Pasarela que en su optatividad permita, a quien lo solicite, acceder a unos servicios y prestaciones realmente acordes al esfuerzo hecho como mutualista y como contribuyente. Retorno hoy imposible para la mayoría, con obsoletos planes privados de ahorro, los de las mutuas, perdidos en un forzado e injusto compás de espera que se abrió decenas de años atrás y se resiste.
Ojala tras la espera y el vacío suene la música y sea afinada. Ojala lo sea para todos, también para ya jubilados, en viudedad, en orfandad… Ojala sea posible algo preciado y precioso: tener la opción de decidir… informados y conformes con las consecuencias.

Por un compás a gusto, por la música y el silencio serenos, amigos; y en paz... que ya vale y toca.