El mural es un encargo directo que José Antonio Coderch realizó al final de la construcción del edificio a Josep Guinovart, y se ubica en su portería.
17 de octubre de 2011

 En los inicios de su carrera, José Antonio Coderch trabajó como funcionario para el Instituto Social de la Marina, realizando diversos grupos de viviendas en Cataluña. De ellos se recuerdan especialmente tres, uno ubicado en el barrio tarraconense del Serralo y dos en la Barceloneta. El primero es una manzana ubicada casi al lado del Mercado, en un estado de conservación precario, y el segundo de ellos ubicado actualmente en primera línea de mar, después del derribo de los tinglados que lo separaban del muelle de Xaloc. 

Este edificio es uno de los más conocidos de toda la carrera del arquitecto, y, junto con la casa Ugalde y el edificio de la calle Compositor Bach, el inicio de su período más conocido. 

Se ha tratado sobre él en decenas de artículos y libros. Sus rasgos más conocidos son la geometría sinuosa de sus paredes, que explota el espacio interior de las viviendas hasta que éstas parecen mucho mayores de lo que son, y una fachada organizada en franjas verticales de ladrillo macizo aplacado con una baldosa vidriada color ocre, aparejada verticalmente, y unas bandas de persianas mallorquinas de madera fijas, montadas sobre bastidores metálicos, diseñadas por el arquitecto en colaboración con Llambí, un auténtico muro cortina. 

El edificio tiene acceso des del paseo Juan de Borbón, y en la portería Coderch encarga a un Josep Guinovart de 23 años un mural, uno de sus primeros encargos importantes. 

El mural sigue allí, en la portería de acceso al edificio. Su nivel de conservación es pésimo. Presenta desconchones, la pintura salta en algunos puntos y, por último, la comunidad de vecinos ha hecho en él una regata y ha instalado un pasamanos sin cortarse un pelo. 

El interior del vestíbulo, así como el resto del inmueble, está catalogado. 

Esta se suma a toda una lista de agresiones al patrimonio arquitectónico de la segunda mitad del siglo XX. Algunos de los edificios vandalizados no existen ya, y otros han sido irremediablemente alterados. 

La más que probable sanción que la comunidad de vecinos va a sufrir por esta alteración grave puede suponer el símbolo de una nueva sensiblidad creciente para con este tipo de patrimonio. 

País: España
Ciudad: Barcelona
Agentes: José Antonio Coderch
Agentes: Josep Guinovart
Edificios: Viviendas de la Barceloneta
Autoría de la imagen: La Vanguardia /Català Roca / Arxiu Coderch