Scalae visita el Pabellón de España de la Bienal de Venecia, por Jaume Prat
10 de noviembre de 2010

 España ha elegido representarse en el catálogo de la Bienal de Venecia con dos páginas vacías, sin más. Entre tantas explicaciones, silencio. Justo enfrente de la librería que Stirling y  Wilford construyeron en los jardines está el Pabellón. En el espacio domina el color blanco de la páginas del catálogo. A un lado se están proyectando, en bucle, una serie de fotografías de diversas bibliotecas de arquitectura españolas. Cuento cuarenta y cinco. En la pared opuesta y en la que queda a mi espalda hay diversas citas de arquitectos: proponen reflexiones sobre el momento actual de la profesión; la relación de ésta con la sociedad. La responsabilidad de los arquitectos. La confianza.

Entre estas citas hay una puerta. Cruzándola se llega a otra nave de color blanco dividida en dos habitaciones. En ella aparecen una serie de enormes fotografías de casi cuatro metros de altura. Muestran gente trabajando. Alumnos y profesores juntos en un taller vertical. Cuento cinco de ellas, tres en la sala mayor y dos en la menor, a la que se llega a través de ésta, y las asocio a cinco universidades. Al lado de cada foto un audiovisual pone animación al proceso que se muestra, y, ante ellas, el resultado de este trabajo en forma de la maqueta de una casa. Cinco casas en total, que los visitantes miran interesados.

Las maquetas son experimentos, el resultado de un proceso de investigación abierto, incesante. Observo que son maquetas de trabajo hechas para medir procesos escalables: la luz, el viento. Son máquinas para habitar, en las que resulta sencillo meterse e imaginar qué proponen. Máquinas donde el consumo de energía se ha querido minimizar, donde el medio en que se emplazan cuenta: su relación es activa respecto de él. Estas investigaciones ahondan en el cambio de paradigma que integra la tecnología en el lenguaje arquitectónico, buscando superar la fase en que ésta, sencillamente, se celebraba, se escenificaba y se trataba, todavía, como algo añadido. Ahora se pueden producir in situ partes de ella, trabajarlas a parte e integrarlas a posteriori en la obra terminada como un material de construcción más. Estas maquetas son parte de un proceso de trabajo que, como se puede observar en las fotos, ha culminado con la construcción de la vivienda: la arquitectura se investiga así.

Vuelvo a la sala de partida: observo que las bibliotecas pertenecen a diversas facultades y colegios profesionales repartidos por toda la geografía española. Juntas forman una red física que soporta el conocimiento que ha servido para producir las anteriores investigaciones, una red física en la que los corros de gente hablando en sus puertas se complementan con los foros, los libros con las páginas web, las revistas con los blogs.

Lo que se muestra en las dos salas enuncia un diálogo entre conocimiento e investigación. De pronto me doy cuenta que las páginas en blanco del catálogo son un punto de partida que ha empezado a llenarse lentamente con la misma exposición, con las otras páginas del catálogo, a través del diálogo con los temas propuestos en los otros pabellones.

El propósito de la Bienal es producir reflexiones sobre arquitectura. Reflexiones que culminen en conocimiento, que se guardará en las bibliotecas y se investigará en las universidades y en el trabajo diario de los estudios.

Visitar la Bienal no es conclusivo. Es propositivo. No se viaja allí en busca de respuestas sino a formularse preguntas. En cierto sentido cada Bienal responde a la siguiente y toma el pulso a la profesión. El catálogo es el sitio donde estas propuestas se recogen. España presenta dos páginas en blanco: cada una plantea una pregunta diferente. La primera de ellas es sobre el conocimiento acumulado en las bibliotecas representadas. Sobre la red que todas ellas forman repartida por el territorio. Sobre su relación con la otra red y su capacidad de producir información en tiempo real.

La segunda pregunta es sobre la investigación. Sobre el papel que ésta tiene en relación a este cambio de paradigma anunciado que integrará, por fin, la tecnología al lenguaje arquitectónico superando su propia representación.

El conocimiento posibilita la investigación, que revierte en el primero. La arquitectura es este proceso.

Las dos páginas en blanco son una invitación a ser llenadas.

 

Para ello se pone en marcha una encuesta desde la web del CSAE con las dos preguntas que plantea el pabellón. Su enunciado es el siguiente:

1.- Con el punto de vista situado en las visión de quienes están hoy, o estarán mañana, implicados en la producción de proyectos de arquitectura ¿qué papel juegan las bibliotecas en relación a las redes como soporte de conocimiento?

2.- Con el punto de vista situado en las visión de quienes están hoy, o estarán mañana, implicados en la producción de proyectos de arquitectura ¿qué papel juega la investigación en relación a la integración de la tecnología en el lenguaje arquitectónico?

 

 

Agentes: CSCAE
Ciudad: Venecia
País: Italia
Autoría de la imagen: Jaume Prat